Reseña del libro «El silencio de los claustros» de Alicia Giménez Bartlett.
Alicia Giménez Bartlett.
El silencio de los claustros. Destino, 2009.
Una amiga me recomendó hace tiempo a Alicia Giménez Bartlett. En una de mis excursiones a las librerías cayó una de sus novelas, elegida al azar: El silencio de los claustros. Y he de decir que me ha llamado la atención. Había oído hablar de la inspectora Petra Delicado y en esta novela he comprobado que la fama era merecida. Su alter ego, el subinspector Garzón, no se le queda atrás.
Sobre el tema de fondo, el asesinato de un fraile y la desaparición de la momia de un beato, la autora nos introduce en un maremágnum de pistas falsas –las que sigue la inspectora- y de recovecos insospechados que hace que, al igual que los policías, andemos perdidos sin saber cómo y por qué ocurrieron los hechos. Un final tan inesperado como redondo hace que valga la pena introducirse en esos claustros tan silenciosos y dedicar un aplauso a la escritora.
El protagonismo del dúo Petra Delicado y Garzón absorbe la trama de tal manera que los demás personajes, salvando a la madre Guillermina, queden en un tercer plano, lejos de ellos. Y eso tampoco es extraño, sobre todo teniendo en cuenta que quien narra la historia es la inspectora. Para mi gusto, hay demasiadas incursiones en la vida privada de la inspectora, enfrentada a la inquisitiva curiosidad de tres hijastros, pero comprendo que hay lectores a los que les encantan estas disgresiones.