
Dos asesinos profesionales, un mismo objetivo. Un hallazgo arqueológico inquietante. Un enigma siniestro por resolver.
Un desgraciado incidente provoca la contratación de dos peligrosos asesinos para atentar contra los reyes de España en una visita con motivo de la inauguración de un museo en el templo masónico de Santa Cruz de Tenerife. Los asesinos actúan por separado y cada uno ideará un sistema de atentado contra los monarcas el 15 de febrero a las dos de la tarde. La policía tendrá noticia de su existencia bastante tarde, tal vez demasiado…
Un tubo volcánico aparece debajo del subsuelo de la calle del Pilar. Dentro de la galería se descubre un pasadizo subterráneo que lleva a una inquietante cámara donde se desarrollaron rituales profanos hace más de doscientos años. Dos cadáveres centenarios añaden muchas incógnitas a un enigmático y amenazador secreto. Para ello la arqueóloga Marta Herrero deberá enfrentarse a sus propios miedos.
Un antiguo legado, una petición de su antiguo jefe, el fallecido comisario Matías Arencibia, lleva al inspector Galán y a sus amigos Sandra Clavijo y Luis Ariosto a investigar un asesinato acaecido en 1955. Al profundizar en el pasado, saldrá a la luz un inesperado episodio de espionaje de la Guerra Fría que les hará extraviarse por caminos insospechados.
Una novela absorbente en la que reaparecen todos los personajes principales que desfilaron por la trilogía de La Laguna en una sinfonía coral muy equilibrada.

Después de haber publicado tres novelas sobre La Laguna, tenía ganas de escribir una que transcurriera por completo en Santa Cruz de Tenerife, que es la ciudad en la que vivo. Aunque se podría considerar que Colisión es una novela de Santa Cruz, yo la tengo por una historia marítima, con la población como telón de fondo.
…se encuentran la iglesia de El Pilar, de las más antiguas de Santa Cruz; el templo masónico, un edificio singular levantado a comienzos del siglo XX por una logia masónica y que se ha mantenido en pie a pesar de los avatares históricos; y la que yo denomino la “casa del escalofrío”, un caserón de aire británico construido en el siglo XIX que ha resistido la especulación urbanística y que permanece vacío y abandonado, misterioso como ninguno.
Sobre este escenario de “misterio”, desarrollo una trama triple. Por un lado, el encargo a dos asesinos profesionales para atentar contra los Reyes de España en una visita a la ciudad con motivo de la inauguración del templo masónico rehabilitado como museo. Los asesinos actúan por separado y cada uno ideará un sistema de atentado contra los monarcas el 15 de febrero a las dos de la tarde. La policía tendrá noticia de su existencia bastante tarde, tal vez demasiado…
La segunda línea argumental trata de la aparición de un tubo volcánico en el subsuelo de la calle del Pilar, en pleno centro de Santa Cruz. Dentro de la galería se descubre un pasadizo subterráneo que lleva a una inquietante cámara donde se desarrollaron rituales profanos hace más de doscientos años. Dos cadáveres centenarios añaden muchas incógnitas a las dudas a las que debe enfrentarse de la arqueóloga Marta Herrero.
La tercera trama consiste en la recepción por parte de Galán de una petición de su antiguo jefe, el fallecido comisario Matías Arencibia, para que investigue sobre un asesinato acaecido en 1955. Galán echará mano de sus amigos Sandra Clavijo y Luis Ariosto para ahondar en un enigma que sacará a la luz un inesperado episodio de espionaje de la Guerra Fría.
Las tres historias discurrirán de modo paralelo hasta que llegue el momento en que se entrecrucen, dando lugar a insospechados giros a medida que se acerque el desenlace.
Esta vez la documentación ha versado sobre los años finales de la Inquisición en Canarias, sobre la vida santacrucera de los años cincuenta, sobre el mencionado edificio del templo masónico, sobre la División Azul en Rusia, sobre cómo se organiza la policía ante la visita de los monarcas, además de algunos detalles técnicos sobre explosivos, cetrería y aparatos voladores de última generación denominados “drones”.
Es una novela en la que reaparecen todos los personajes principales que desfilaron por la trilogía de La Laguna. Marta ya ha vuelto del Sáhara y todos se reúnen en torno a los misterios que se desarrollan, esta vez, en Santa Cruz. Creo que no existe una preponderancia de unos sobre otros, todos tienen, más o menos, el mismo protagonismo, y actúan en una especie de sinfonía coral muy equilibrada.
Para escribir la trama fue preciso conocer bien la manzana santacrucera donde se ubica la acción, visita incluida al templo masónico, un lugar mágico que necesita mucha inversión para volver a ser lo que fue hace casi ochenta años. Hay buena predisposición política para lograrlo, lo que hace ser optimista de cara al futuro. Tal vez vengan los reyes a reinaugurarlo cuando se rehabilite.
Atentado es, en suma, una novela que quiere atrapar al lector en los pasadizos subterráneos de la calle del Pilar, en las tramas de espionaje de los años cincuenta, en los preparativos de los asesinos para lograr el objetivo de atentar contra la vida de los monarcas. Y que también obsequia con los giros acostumbrados de la excentricidad de Ariosto; con las ocurrencias de las tías Enriqueta y Adela; con la practicidad efectiva de Olegario; con los problemas de Marta con los lugares oscuros; con las pesquisas policiales de Galán y con la inquietud periodística de Sandra.
Y todo ello sabiendo que existe un plazo inexorable y fatídico: el 15 de febrero a las dos de la tarde.